OPCIÓN A
Las vacaciones de Pascua pasadas fueron impresionantes. Todo
empezó cuando nos subimos al avión, allí comenzó la aventura. De repente
empezaron a rugir como leones unos motores construidos de acero y titanio. Ese
avión tenía unos sistemas complejos como el interior de un ser humano. Los
flats comenzaron a moverse. El avión reculo como un cangrejo y se dirigió a la
pista de salida. Cuando estuvo allí, esos motores empezaron a rugir aún más y
se puso en marcha, íbamos rápidos como un leopardo y bellos como un cisne.
Despegamos y fuimos hacia la aventura encima de un enorme y estupendo
avión.
OPCIÓN B
Tengo un proyecto en mente. Se trata de un avión
capaz de surcar el cielo azul mejor que ningún otro. La barrera del sonido
quedará atrás poco después del despegue de esa majestuosa ave férrea. Será mucho
más rápido que el Concorde y The Blue Flame juntos. Pero claro, es solo un
proyecto.
OPCIÓN C
Recuerdo
aquellos días de verano en el que la conocí a ella. Vivíamos en una pequeña,
pero acogedora con su esplendido jardín de bellas flores, y un salón luminoso,
con sus vistas al mar…
OPCIÓN D
Desde aquel día en el que me topé con aquella
bella casa, el deseo de adentrarme en sus más amplias y decoradas habitaciones
y pasillos no me dejaba descansar por las noches. Jamás en esta apagada vida
había visto una casa semejante a aquella.